Autor: Andrés Pucheu
El trabajo en equipo es una pieza fundamental en las nuevas estructuras organizacionales que se dedican a los servicios o a la innovación, principalmente en la actualidad, donde es clave la flexibilidad para acomodarse a los clientes y el nuevo contexto.
Para que los equipos puedan cumplir con sus objetivos y metas es necesario adaptar los ámbitos de intervención y requerimientos para cada tipo de equipo. Para esto, se debe apoyar su capacidad de generar consensos que integren puntos de vista y niveles de análisis, el manejo de la ansiedad y controlar la implementación de las acciones. El nivel de complejidad en estas intervenciones debe ser proporcional a los desafíos del equipo, que hoy puede variar desde la integración de productos hasta la implementación de la transformación digital.
El desarrollo de los equipos, desde la teoría, debe considerar tanto la preocupación por la tarea, como el fortalecimiento y cuidado de los vínculos entre los miembros, adicionalmente y pensando en organizaciones, existe otro factor fundamental que es la gestión de la información. Si bien en distintos momentos de la evolución grupal, estos ámbitos pueden tener distintas prioridades, deben ser abordados simultáneamente a todo lo largo de la duración del equipo.
Establecimiento de vínculos de confianza el trabajo en equipo:
En este primer ámbito, es necesario que los miembros del equipo generen vínculos de confianza, donde desarrollen capacidades de negociar, consensuar y apoyar a sus compañeros en momentos de presión o incertidumbre. Puesto que, durante la generación de innovación, integración de modelos o puntos centrales en la identidad, los equipos se enfrentarán a las propias opiniones y prácticas de cada miembro y, por lo tanto, cada miembro tendrá que desarrollar esas capacidades para llegar a un punto en común. Al mismo tiempo, el liderazgo debe ser flexible, dejando de lado las jerarquías que los miembros tienen en otros ámbitos.
La implementación de acciones que no tienen una representación estable o que dependen de las destrezas individuales y colectivas, supone asumir tanto las limitaciones cognitivas para comprender o simplemente la totalidad de los distintos ámbitos de acción y niveles de análisis, como la incertidumbre generada por crear o implementar soluciones que, precisamente por su novedad, no garantizan el logro de los resultados deseados.
El desarrollo de la capacidad colectiva para manejar la ansiedad depende fundamentalmente de lograr contextualizar las situaciones, estableciendo relaciones que hacen que sea posible predecir y eventualmente controlar tendencias y resultados. Para esto es necesario desarrollar una planificación por escenarios, identificando los eventuales riesgos y obstáculos a la vez que se anticipan opciones para su superación. Por otro lado, las actividades puramente orientadas al conocimiento personal o la distracción tienen un impacto limitado, particularmente en situaciones en que los desafíos son complejos.
Definición consensuada de la tarea:
Para poder lograr el objetivo final es necesario que los miembros del grupo de trabajo integren los modelos de análisis, traduciendo las ideas en esquemas verbales o gráficos comunes, que permitan la comparación de los puntos de vista y su progresiva orientación en esquemas más amplios, que permitan establecer relaciones causales o correlacionales entre los fenómenos.
Las metodologías para facilitar la integración enfatizan la necesidad de trabajar buscando consensos, en base a la argumentación. También es necesario disminuir la deseabilidad social e influencia de jerarquías o relaciones externas al equipo. Para esto puede ser necesario pedir que los análisis y opiniones se entreguen por escrito, sin incluir nombres o referencias que afecten la credibilidad o peso de la información. Finalmente, puede ser necesario generar varios ciclos de análisis, en los que se recopilen las ideas, se integren y redistribuyan, buscando que cada miembro del equipo vaya ampliando o mejorando sus reflexiones hasta lograr un consenso sobre la mejor opción o interpretación posible. Lo anterior también es válido respecto a la forma de dividir las tareas o formar subgrupos, lo que debe ser realizado en función de las demandas de la tarea y las capacidades y recursos de cada miembro del equipo, sin considerar factores como estatus o jerarquías externas.
Gestión de la información:
Por detallado que sea un plan, solo es una referencia y su efectividad depende de la implementación. Esto es doblemente cierto en el caso de los procesos adhocráticos, donde el contenido o acciones concretas van a ser creados a medida que se avanza en el proceso de trabajo. Por este motivo es clave generar indicadores que permitan evaluar los impactos, eficiencia, satisfacción y recursos empleados, tanto colectiva como individualmente.